El Viaje de la Mariposa Bella

Había una vez una encantadora mariposa llamada Bella. Bella era muy, muy bella, con sus alas pintadas de colores brillantes como el arco iris. ¡Pero no solo era bella, también era muy graciosa y siempre hacía reír a todos los animales del bosque con sus bromas y travesuras!

Un día, Bella decidió emprender un viaje para conocer el mundo más allá del bosque. Empacó su pequeña mochila con migajas de pan y néctar de flores, se puso su sombrero de hoja y se despidió de todos sus amigos. "¡Adiós, amigos! ¡Volveré con muchas historias divertidas para contarles!" dijo, y con un fuerte "¡Zzzzzz!" de sus alas, Bella comenzó su aventura.

Primero, Bella voló sobre un alto y majestuoso monte. Desde allí, podía ver todo el bosque donde vivía. "¡Oh, qué vista tan maravillosa!" exclamó. Pero de repente, un fuerte viento comenzó a soplar. "¡Vaya, vaya, esto sí que es un viento! ¡Wooosh!" dijo Bella, riéndose mientras luchaba por mantener el equilibrio.

Después de un rato, Bella llegó a un gran océano. Nunca había visto tanta agua junta. "¡Guau, qué océano tan grande! ¡Splish, splash!" dijo mientras volaba sobre las olas, salpicando agua por todos lados.

En su viaje, Bella también encontró un desierto. "¡Ay, qué calor! ¡Hace más calor que el interior de un volcán! ¡Sizzle, sizzle!" dijo, riendo mientras se abanicaba con sus alas.

Finalmente, Bella llegó a una ciudad llena de niños. Allí, conoció a una niña llamada Lucy. Lucy era curiosa y aventurera, y cuando vio a Bella, sus ojos se iluminaron. "¡Oh, una mariposa! ¿De dónde vienes?" preguntó Lucy.

Bella le contó a Lucy sobre su hogar en el bosque, y sobre todas las cosas maravillosas que había visto en su viaje. Lucy escuchó con asombro y dijo, "¡Me encantaría ver todos esos lugares también! Pero no puedo volar como tú, Bella."

Bella sonrió y dijo, "No necesitas volar para explorar el mundo, Lucy. Solo necesitas curiosidad y valor. Y puedes empezar por cuidar el medio ambiente aquí, en tu ciudad. Plantando árboles, recogiendo basura, y cuidando a los animales."

Lucy asintió con entusiasmo. "¡Sí, puedo hacer eso! Voy a ser una aventurera como tú, Bella. ¡Y voy a cuidar del medio ambiente!"

Bella se rió y aplaudió con sus alas. "¡Eso es, Lucy! ¡Eres una aventurera de verdad!" Y con un último "¡Zzzzzz!" Bella voló de regreso a su hogar en el bosque, dejando a Lucy con una sonrisa y un nuevo propósito.

Desde aquel día, Lucy se convirtió en la pequeña ecologista de su ciudad. Y cada vez que ve una mariposa volar, se acuerda de Bella y de su viaje, y sonríe.

Y así termina la historia del viaje de nuestra mariposa Bella, una aventura llena de risas, descubrimientos y lecciones importantes. Así que la próxima vez que veas una mariposa, ¿quién sabe? ¡Podría ser Bella en otra de sus divertidas aventuras!

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