Había una vez un elefante llamado Elegante, tan grande y fuerte como gentil. Vivía en la selva, en un lugar lleno de árboles altos y ríos cristalinos. Pero Elegante no estaba solo, tenía una amiga muy especial, una mariposa llamada Maravillosa. Maravillosa era pequeña y delicada, con alas brillantes y coloridas como el arco iris.
Elegante y Maravillosa eran muy diferentes, pero eso no les impedía ser los mejores amigos. Juntos, jugaban y se ayudaban. Elegante usaba su trompa para alcanzar las hojas más altas y compartirlas con Maravillosa. A cambio, Maravillosa le contaba las historias más maravillosas que se podían imaginar.
Un día, mientras jugaban, Maravillosa voló demasiado alto y se quedó atrapada en una telaraña. ¡Oh, no! pensó Elegante. Quería ayudar a su amiga, pero era demasiado grande y pesado para subir al árbol.
"Puedo ayudar", dijo una voz suave. Elegante se giró y vio a su mamá, la elefante más sabia de la selva. "A veces", dijo, "la solución no es ser el más fuerte, sino el más inteligente".
Elegante pensó y pensó. "¡Ya sé!", exclamó finalmente. Usó su trompa para recoger agua del río y la lanzó con fuerza hacia la telaraña. ¡SPLASH! La telaraña se deshizo y Maravillosa pudo volar libre de nuevo.
"Oh, ¡gracias, Elegante!", gritó Maravillosa, revoloteando alrededor de su amigo. "Tú eres mi héroe".
Elegante sonrió. Había aprendido una valiosa lección ese día. A pesar de ser grande y fuerte, no siempre tenía que usar su fuerza para resolver problemas. A veces, sólo necesitaba pensar y trabajar en equipo.
Desde aquel día, Elegante y Maravillosa se volvieron aún mejores amigos. Juntos, recorrían la selva, ayudándose el uno al otro y a los demás animales que encontraban en su camino. Y aunque eran muy diferentes, siempre se recordaban que la amistad y la colaboración eran más fuertes que cualquier diferencia.
Y así, el elefante Elegante y la mariposa Maravillosa vivieron muchas más aventuras, siempre juntos, siempre amigos, en su hogar en la selva, rodeados de su familia y amigos. Y siempre recordaban la lección que aprendieron aquel día: la verdadera fuerza está en la amistad y en la colaboración.
Y así, niños, la historia de nuestro elefante Elegante y nuestra mariposa Maravillosa nos enseña la importancia de la amistad y el trabajo en equipo. Nos muestra que, sin importar cuán grandes o pequeños seamos, todos podemos hacer grandes cosas cuando trabajamos juntos.