Había una vez una pequeña estrella llamada Stella. Stella era brillante y encantadora, y vivía en el Universo Brillante. Ella no estaba sola, tenía un grupo de amigos: Luna, una luna radiante y sabia, y Cometa, un cometa rápido y juguetón.
Un día, Stella decidió que quería explorar más allá de su hogar en el Universo Brillante. Quería conocer otros planetas, estrellas y seres extraterrestres. Así que habló con Luna y Cometa sobre su plan. "¡Vamos a tener una gran aventura!", exclamó Stella.
Luna, que era sabia, dijo, "Stella, explorar el universo es emocionante, pero también puede ser peligroso. Tenemos que prepararnos bien".
Cometa, siempre listo para una aventura, agregó, "¡Sí, necesitamos un mapa estelar y provisiones!".
Así que los tres amigos se prepararon para su viaje. Luna usó su sabiduría para trazar el curso, Stella empacó comida espacial, y Cometa, con su velocidad, fue a buscar un cohete espacial.
"¡Zoooom!", Cometa volvió rápidamente con un hermoso cohete. "¡Salto a la vista!", Luna encontró la ruta más segura. "¡Crunch, crunch!", Stella empacó deliciosas galletas de estrellas.
Finalmente, todo estaba listo. "¡3, 2, 1, despegue!", gritaron juntos y el cohete despegó hacia el espacio.
Viajaron por el espacio, viendo planetas de todos los colores, estrellas brillantes y cometas fugaces. "¡Oh, mira eso!", exclamó Stella, señalando a un adorable alienígena verde. "¡Hola!", saludaron, y el alienígena les devolvió el saludo con una sonrisa.
Luna, siempre curiosa, preguntó al alienígena sobre su planeta. El alienígena, con entusiasmo, les contó sobre su hogar. Habló de los hermosos anillos de colores alrededor de su planeta y de las flores que crecían en forma de estrellas. Stella, Luna y Cometa quedaron fascinados.
Continuaron su viaje, conociendo a más seres extraterrestres, aprendiendo sobre sus costumbres y compartiendo historias. Fue una aventura emocionante y educativa.
Después de un tiempo, Stella, Luna y Cometa decidieron que era hora de volver a casa. Aunque estaban un poco tristes de dejar las maravillas del espacio, estaban emocionados de volver a su amado Universo Brillante.
"¡Zoooom!", Cometa condujo el cohete de vuelta a casa. "¡Salto a la vista!", Luna navegó por la ruta de regreso. "¡Crunch, crunch!", Stella sacó las últimas galletas de estrellas para celebrar su viaje.
Finalmente, llegaron a casa. Estaban felices de estar de vuelta, pero también estaban agradecidos por las increíbles aventuras que habían tenido. Se prometieron seguir explorando y aprendiendo juntos.
Y así, Stella, Luna y Cometa vivieron muchas más aventuras en el Universo Brillante. Cada aventura los acercaba más como amigos y les enseñaba más sobre la maravilla del universo.
Y cada noche, antes de dormir, miraban las estrellas y recordaban su emocionante viaje, soñando con la próxima gran aventura que tendrían juntos en el Universo Brillante.