Había una vez una niña llamada Valentina, que vivía en la gran ciudad de Ciudad Luz, donde los edificios tocaban el cielo y las calles siempre estaban llenas de bullicio. Pero cuando caía la noche, Valentina tenía un gran miedo a las sombras que se formaban en las esquinas de su habitación.
Una noche, la abuela de Valentina vino a visitarla. La abuela era una mujer sabia que siempre parecía tener una historia o un consejo para cada situación. Al ver a Valentina temblar de miedo, la abuela sonrió y le dijo: "Valentina, las sombras no son nada que temer. Son sólo el juego de la luz y la oscuridad. ¿Sabías que todo tiene una sombra? Incluso tú".
Valentina miró a su abuela con incredulidad. ¿Cómo podía su abuela decir que las sombras no eran algo que temer? Pero en lugar de responder, la abuela tomó una pequeña linterna de su bolso y apagó las luces de la habitación. "Ven, te mostraré", dijo.
La abuela encendió la linterna y la dirigió hacia la pared. Inmediatamente, la sombra de la abuela se proyectó gigante sobre la pared. "¿Ves?", dijo, "incluso yo tengo una sombra. Pero no me da miedo porque sé que soy yo, solo que un poco más grande y oscura".
Luego, la abuela apuntó la linterna hacia Valentina. Al principio, Valentina se asustó al ver su sombra proyectada en la pared, pero luego se dio cuenta de que su abuela tenía razón. La sombra era solo ella, un poco más grande y oscura.
Siguiendo el ejemplo de su abuela, Valentina comenzó a jugar con su sombra. Hizo formas de animales, bailó y hasta pareció volar. La habitación se llenó de risas y la noche de sombras ya no parecía tan aterradora.
Desde esa noche, Valentina ya no temía a las sombras. Cada vez que la oscuridad caía, encendía su linterna y jugaba con su sombra hasta quedarse dormida. Y así, la valiente Valentina superó su miedo a la oscuridad.
Pero la historia no termina aquí. Valentina no solo superó su miedo, sino que también ayudó a sus amigos a superar el suyo. Les mostró cómo jugar con sus sombras y les contó la sabiduría de su abuela.
Y así, la noche de sombras en Ciudad Luz se convirtió en una noche de diversión y risas. Porque la valiente Valentina y su abuela enseñaron a todos que las sombras no son nada que temer, sino un juego de luz y oscuridad.
Con el tiempo, Valentina creció y se convirtió en una mujer valiente y fuerte, como su abuela. Pero nunca olvidó la lección de esa noche: que el miedo solo es grande si lo permitimos y que incluso en la oscuridad, siempre podemos encontrar la luz.
Y así, Valentina se convirtió en la heroína de su propia historia, demostrando que con valentía y amor, podemos superar cualquier miedo. Y cada vez que veía una sombra, recordaba esa noche especial con su abuela y sonreía, sabiendo que la oscuridad ya no tenía poder sobre ella.
Y ese es el cuento de la valiente Valentina y la noche de las sombras. Una historia de superación, amor y la magia de las sombras. Porque incluso en la oscuridad, siempre podemos encontrar la luz.