Había una vez en un planeta muy lejano, un grupo de niños llamados Alex, Marta y Lucas que soñaban con ser astronautas y viajar al espacio. Siempre se reunían en el jardín de la casa de Alex para mirar las estrellas y hablar sobre los planetas y las galaxias.
Un día, mientras observaban el cielo nocturno, vieron una extraña luz que se movía a gran velocidad. Se quedaron asombrados y emocionados, pensando que era una nave espacial. Pero para su sorpresa, la luz se detuvo justo encima de ellos y se convirtió en una nave espacial real.
Los niños no podían creer lo que veían, era una nave muy moderna y futurista, con luces de colores y formas extrañas. De repente, una puerta se abrió y de ella salió un ser extraterrestre. Era un pequeño ser verde con grandes ojos y una sonrisa amigable.
"¡Hola niños!" dijo el extraterrestre. "Mi nombre es Zor y soy el piloto de esta nave. He venido a buscar a unos valientes aventureros para un viaje estelar".
Los niños se miraron emocionados y decidieron aceptar la invitación de Zor. Subieron a la nave y se acomodaron en los asientos, listos para comenzar la aventura.
Zor les explicó que habían sido elegidos para ayudar a detener a un villano que estaba destruyendo los planetas y las estrellas. "Su nombre es Zarkon y es el ser más malvado del universo", dijo Zor con una mirada seria.
Los niños se miraron asombrados y un poco asustados, pero estaban decididos a ayudar. La nave despegó y se dirigió hacia el espacio exterior.
Durante el viaje, Zor les mostró su avanzada tecnología y les enseñó sobre los diferentes planetas y las constelaciones. Los niños estaban fascinados y no podían dejar de hacer preguntas. Zor les contó que en su planeta, todos los niños aprendían sobre el espacio desde muy pequeños y se convirtieron en grandes exploradores.
Finalmente, llegaron al planeta de Zarkon. Era un lugar oscuro y desolado, sin ninguna vida a su alrededor. Zor les explicó que Zarkon había utilizado una poderosa arma para destruir todo lo que encontraba a su paso.
Los niños se pusieron en marcha y comenzaron a buscar a Zarkon, sabían que no sería fácil ya que tenía habilidades especiales y un ejército de robots a su disposición. Pero no iban a rendirse tan fácilmente, tenían el valor y la inteligencia para enfrentarlo.
Después de una larga búsqueda, finalmente encontraron a Zarkon en su guarida. Era un ser gigante con brazos mecánicos y ojos rojos que brillaban en la oscuridad. Zarkon los miró con desprecio y dijo: "¿Qué hacen aquí? ¿No saben que soy el ser más poderoso del universo?"
Los niños no se intimidaron y le explicaron que habían venido a detenerlo y salvar el universo. Pero Zarkon se burló de ellos y comenzó a lanzar sus rayos de destrucción. Los niños corrieron y se escondieron detrás de unas rocas, pensando en una forma de derrotar a Zarkon.
Marta recordó que Zor le había mostrado un dispositivo que podía neutralizar las armas de Zarkon. Le dijo a sus amigos que lo buscaran mientras ella distraía al villano. Mientras tanto, Lucas encontró el dispositivo y se lo entregó a Alex, quien lo utilizó para desactivar las armas de Zarkon.
Sin poder defenderse, Zarkon fue derrotado y la paz volvió al universo. Los niños se abrazaron y celebraron su victoria. Zor les agradeció y los llevó de vuelta a la Tierra, donde fueron recibidos como héroes.
Desde ese día, los niños se convirtieron en grandes amigos de Zor y continuaron explorando el espacio juntos. Aprendieron mucho sobre la vida en el espacio y se dieron cuenta de lo importante que es cuidar y proteger nuestro universo.
Y así, Alex, Marta y Lucas vivieron la aventura más emocionante de sus vidas, convirtiéndose en los mejores amigos del espacio. Y cada vez que miraban las estrellas en el jardín de Alex, recordaban con orgullo su viaje estelar y la amistad que habían formado con Zor.