Había una vez en un bosque encantado, un pequeño osito llamado Benito. Benito era un osito muy valiente, siempre estaba dispuesto a explorar y descubrir cosas nuevas. Sin embargo, había algo que lo asustaba mucho: los truenos y relámpagos durante las tormentas.
Cada vez que una tormenta se acercaba, Benito se escondía debajo de su cama y temblaba de miedo. Sus padres, el señor y la señora Osito, intentaban consolarlo y explicarle que los truenos y los relámpagos eran simplemente sonidos y luces naturales del cielo, pero Benito no podía evitar sentirse aterrorizado.
Un día, mientras jugaba en el bosque con sus amigos, escuchó un trueno muy fuerte. Todos los demás animales corrieron a sus hogares para resguardarse, pero Benito se quedó paralizado de miedo. Sus amigos se dieron cuenta y decidieron ayudarlo a superar su miedo. Le dijeron que él era el osito más valiente de todos y que no tenía que tener miedo de nada.
Pero Benito seguía temblando y no podía moverse. Fue entonces cuando su abuelo, el señor Osito Mayor, se acercó a ellos. El señor Osito Mayor era un osito muy sabio y siempre tenía un consejo para dar. Les dijo a los amigos de Benito que lo mejor para superar el miedo era enfrentarlo.
Entonces, los amigos de Benito tuvieron una idea. Decidieron hacer un juego para ayudar a Benito a superar su miedo. Cada uno de ellos se disfrazaría de un animal diferente y simularían los sonidos y movimientos de una tormenta. Así, Benito podría enfrentar su miedo en un ambiente seguro y divertido.
Primero, su amiga la pequeña ardilla saltó de un árbol y empezó a hacer ruidos como si fueran truenos. Luego, su amigo el pajarito voló en círculos alrededor de ellos y cantó como si fuera un relámpago. Después, su amigo el conejo saltó alrededor de Benito como si fuera el viento. Y por último, su amigo el zorro hizo ruidos de lluvia con sus patitas.
Benito empezó a reírse y se divirtió mucho con el juego de sus amigos. Se dio cuenta de que los sonidos y movimientos de una tormenta no eran tan aterradores como él pensaba. Poco a poco, su miedo fue desapareciendo y se sentía más y más valiente.
Finalmente, cuando la tormenta había pasado, Benito se dio cuenta de que había superado su miedo. Se sintió muy orgulloso de sí mismo y agradeció a sus amigos por ayudarlo. Desde ese día, cuando una tormenta se acercaba, Benito ya no se escondía debajo de su cama, sino que salía a jugar con sus amigos.
Sus padres y su abuelo estaban muy orgullosos de él y le dijeron que había demostrado ser un osito muy valiente. Y así fue como Benito aprendió que enfrentar sus miedos era la mejor manera de superarlos. A partir de ese día, se convirtió en un osito aún más valiente y dispuesto a explorar y descubrir todo lo que el bosque encantado tenía para ofrecer.
Desde entonces, Benito no solo era conocido como el osito más valiente del bosque, sino también como el osito que había superado su miedo a los truenos y relámpagos. Y siempre que un amigo o familiar tenía miedo, él estaba allí para ayudarlos y recordarles que todos somos capaces de superar nuestros miedos, solo hay que enfrentarlos con valentía y con el amor y apoyo de nuestra familia y amigos.