Había una vez un pequeño niño llamado Timmy que vivía en una gran ciudad llena de rascacielos, autos zumbantes y parques llenos de árboles altos y flores de colores. Timmy amaba su ciudad, pero lo que más le gustaba era el gran parque en el centro. Ahí es donde se convirtió en "El Superhéroe del Parque".
Un soleado sábado, Timmy estaba en el parque buscando mariposas cuando vio a un anciano sentado solo en un banco. El anciano parecía triste, así que Timmy, siendo un niño amable, decidió hablar con él. El anciano se presentó como el Profesor Goodheart, un jubilado que solía enseñar en una escuela cercana.
El Profesor Goodheart le contó a Timmy sobre los buenos viejos tiempos cuando la ciudad estaba llena de héroes, personas normales que hacían cosas extraordinarias para ayudar a los demás. Timmy escuchó las historias con asombro, soñando con convertirse en un héroe como los del pasado.
Un día, mientras jugaba en el parque, Timmy vio a un gatito atrapado en un árbol alto. El gatito maullaba y parecía muy asustado. Sin pensarlo dos veces, Timmy corrió hacia el árbol y comenzó a trepar, impulsado por el deseo de ayudar.
Pero el árbol era muy alto y Timmy se asustó. Cerró los ojos, deseando tener superpoderes para ayudar al gatito. De repente, sintió una sensación cálida y cuando abrió los ojos, se encontró volando por el aire. Timmy estaba asombrado, pero feliz. Rápidamente voló hasta el gatito, lo cogió suavemente con sus manos y voló hacia abajo, aterrizando suavemente en el suelo.
El Profesor Goodheart, que había estado observando desde un banco cercano, se acercó con una sonrisa en su rostro. Le explicó a Timmy que su valentía y deseo de ayudar habían despertado una antigua magia en el parque, otorgándole el poder de volar.
Desde aquel día, Timmy se convirtió en el Superhéroe del Parque. Siempre estaba listo para ayudar, ya sea rescatando gatitos atrapados en árboles, ayudando a los niños a recuperar sus cometas o simplemente escuchando a las personas que se sentían solas o tristes.
El Profesor Goodheart se convirtió en su mentor, enseñándole cómo controlar sus poderes y recordándole siempre la importancia de usarlos para el bien. Timmy adoraba a su mentor y se esforzaba por seguir sus enseñanzas.
Y así, en la gran ciudad llena de rascacielos, autos zumbantes y parques llenos de árboles altos y flores de colores, un niño normal se había convertido en un héroe extraordinario. Si alguna vez visitas ese parque y ves a un niño volando por el aire, sonríe y saluda. Ese es Timmy, el Superhéroe del Parque, siempre listo para ayudar.
Este cuento nos enseña que no necesitas ser un superhéroe con capa para hacer cosas extraordinarias. Todos tenemos la capacidad de ser héroes en nuestra vida diaria, ya sea ayudando a un amigo, cuidando a un ser querido o simplemente siendo amables con los demás. Como Timmy, todos podemos ser superhéroes.
Fin.