Había una vez una niña llamada Estrellita. No era una niña normal, porque Estrellita tenía un poder especial: podía volar. Y no sólo volar, ¡sino que podía volar hasta el espacio! Un día, decidió que quería ir a explorar más allá de las nubes, más allá de donde los pájaros vuelan, hasta el espacio infinito.
Estrellita se puso su traje espacial color rosa brillante, se ajustó el casco y con un "¡Zummm!", voló hacia el espacio. Al llegar, quedó maravillada con todas las luces brillantes y las estrellas parpadeantes.
Pero entonces, vio algo que le llamó la atención: un planeta muy, muy lejano, parecía triste. No era brillante y colorido como los demás, sino gris y apagado. Estrellita, siendo la pequeña superhéroe que era, decidió que iría a ayudar.
"¡Zummm!" voló hasta el planeta gris. Al llegar, conoció a una criatura extraterrestre llamada Zog. Zog era gris y triste, igual que su planeta. Estrellita le preguntó, "¿Por qué estás triste, Zog?"
Zog le explicó que su planeta solía estar lleno de colores brillantes, pero un gran monstruo vino y se llevó todos los colores. Desde entonces, todo era gris y triste.
Estrellita, decidida a ayudar, voló alrededor del planeta buscando al monstruo. Finalmente, lo encontró, un monstruo grande y gris que tenía todos los colores en una bolsa. "¡Roarrr!" rugió el monstruo al ver a Estrellita.
Pero Estrellita no tenía miedo. "¡Zummm!" voló alrededor del monstruo, distrajo al monstruo con su vuelo rápido y brillante. "¡Roarrr!" rugió el monstruo, pero estaba tan distraído que dejó caer la bolsa de colores.
Entonces, con un "¡Zummm!", Estrellita agarró la bolsa y voló de regreso a Zog. Juntos, esparcieron los colores por todo el planeta. "¡Swishhh! ¡Swashhh!" Los colores volvieron a llenar el planeta, y Zog y todos los demás extraterrestres volvieron a ser felices.
Estrellita, contenta de haber ayudado, decidió que era hora de volver a casa. Con un "¡Zummm!", voló de regreso a casa, dejando un rastro de estrellas brillantes detrás de ella.
Esa noche, antes de dormir, Estrellita miró por la ventana. En la oscuridad del cielo, podía ver el planeta de Zog, ahora brillante y colorido. Estrellita sonrió, sabiendo que había hecho una buena acción. Y así, cada noche, Estrellita soñaba con sus nuevas aventuras en el espacio.
Y esa es la historia de cómo Estrellita, la pequeña superhéroe, salvó un planeta y llenó el espacio con colores brillantes. Recuerda, siempre hay una aventura esperándote, sólo tienes que volar hacia ella.