Había una vez en el corazón de una pequeña ciudad llamada Valeria, un niño de ocho años llamado Timmy. Ahora, Timmy era conocido por su timidez; sus mejillas siempre se ruborizaban ante la atención y su voz apenas sobrepasaba un susurro.
Timmy tenía un miedo en particular: tenía miedo a hablar en público. Este miedo se intensificó cuando el maestro de su escuela, el señor Rodríguez, anunció un concurso de oratoria. Los niños tenían que preparar un discurso sobre su héroe personal y presentarlo frente a toda la escuela. Aunque Timmy tenía un héroe, su abuela que había sido una valiente enfermera durante la guerra, la idea de hablar frente a toda la escuela lo aterraba.
El antagonista de nuestra historia era Bruno, un niño mayor que amaba burlarse de Timmy. Bruno era alto, fuerte y nada tímido. Cuando se enteró de los temores de Timmy, decidió que sería divertido hacerlo sentir aún más asustado.
"¿Vas a entrar al concurso, Timmy el Tímido?" se burló Bruno, "No puedo esperar a ver cómo te pones rojo como un tomate en el escenario."
Timmy se sintió aún más asustado después de eso. Pero entonces, recordó las historias que su abuela le contaba sobre su tiempo en la guerra. Recordó cómo ella había superado sus miedos para ayudar a los demás. Timmy decidió que iba a ser valiente como su abuela y entrar en el concurso.
Pasó días preparando su discurso, practicando en frente del espejo, en frente de sus padres, incluso en frente de su perro. Cada vez se ponía un poco menos nervioso. Aun así, la idea de hablar frente a toda la escuela todavía le daba escalofríos.
Finalmente, el día del concurso llegó. Bruno fue el primero en hablar y dio un discurso fuerte y confiado. Luego, fue el turno de Timmy. Subió al escenario, su corazón latía con fuerza y sus manos temblaban. Pero entonces, miró a la multitud y vio a sus padres sonriendo y a su abuela, asintiendo con la cabeza. Tomó una respiración profunda y comenzó a hablar.
Su voz era un poco temblorosa al principio, pero a medida que hablaba sobre su abuela, sobre su valentía y bondad, su voz se volvió más fuerte. Cuando terminó, el auditorio estalló en aplausos. Timmy bajó del escenario con una sonrisa en su rostro. Había enfrentado su miedo y lo había superado.
Bruno se quedó en silencio, impresionado por la valentía de Timmy. A partir de ese día, dejó de burlarse de Timmy y comenzó a respetarlo.
La aventura valiente de Timmy el Tímido es una historia basada en hechos reales. Muchos niños, como Timmy, tienen miedo a hablar en público. Pero al enfrentarse a sus miedos y superarlos, pueden descubrir una valentía que no sabían que tenían. Y a veces, incluso los bravucones como Bruno pueden aprender una lección o dos de su valentía.